El microcuento —llamado también
microficción, microrrelato o minicuento— es un cuento ultracorto que, por lo
común, dice mucho en pocas palabras. No debe confundirse con otros géneros
breves, como el aforismo, ya que el microcuento, por breve que
sea, posee siempre un clima narrativo.
Aunque es un género muy antiguo,
ha sido cultivado especialmente a partir del siglo XX. Lo que sigue es una
pequeña antología de microcuentos.
El sueño de Chuang Tzu
Chuang Tzu soñó que era una
mariposa y no sabía al despertar si era un hombre que había soñado ser una
mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre.
Herbert Allen Giles
El diálogo ocurrió en Adrogué. Mi
sobrino Miguel, que tendría cinco o seis años, estaba sentado en el suelo,
jugando con la gata. Como todas las mañanas, le pregunté:
—¿Qué soñaste anoche?
Me contestó:
—Soñé que me había perdido en un
bosque y que al fin encontré una casita de madera. Se abrió la puerta y saliste
vos.— Con súbita curiosidad me preguntó: —Decime, ¿qué estabas haciendo en esa
casita?
Francisco Acevedo
Cuento de arena
Un día la ciudad desapareció. De cara al desierto y con los pies hundidos en la arena, todos comprendieron que durante treinta largos años habían estado viviendo en un espejismo.
Jairo Aníbal Niño
El dinosaurio
Cuando despertó, el dinosaurio
todavía estaba allí.
Augusto Monterroso
Me bañé, afeité, vestí; me miré
al espejo. “¡Vamos!”, le dije a mi agorafobia, y salimos juntos a dar un paseo
por el parque.
Enrique Anderson Imbert
Motivo literario
Le escribió tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas.
Mónica Lavín
Caso
La cabra encontró unas hojas de la Ilíada ,
y se las comió. Pero no baló en verso.
Álvaro Yunque
Tranvía
Por fin. La desconocida subía
siempre en aquella parada. “Amplia sonrisa, caderas anchas… una madre excelente
para mis hijos”, pensó. La saludó; ella respondió y retomó su lectura: culta,
moderna.
Él se puso de mal humor: era muy
conservador. ¿Por qué respondía a su saludo? Ni siquiera lo conocía.
Dudó. Ella bajó.
Se sintió divorciado: “¿Y los
niños, con quién van a quedarse?”.
Andrea Bocconi
69
Despiértese, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando.
Ana María Shua
Nadie es totalmente fuerte
El mismo lobo tiene momentos de
debilidad, en que se pone del lado del cordero, y piensa: Ojalá que huya.
Adolfo Bioy Casares